De la Prensa Gráfica
Barack Obama entró por la puerta grande a la historia. El hijo del pastor de cabras de Kenia y la muchacha sureña de Kansas se convirtió en el 44.º presidente de Estados Unidos tras una elección en la que los estadounidenses asistieron a las urnas en números nunca antes vistos en una de las democracias más antiguas del mundo occidental.
Luego de 53 años de que Rosa Parks, una diminuta mujer de color, se negó a cederle su asiento a un hombre blanco en Alabama y con ello inició la chispa del movimiento de derechos civiles que abolió las leyes de segregación racial, Estados Unidos eligió por abrumadora mayoría a un afroamericano.
La de ayer fue una jornada histórica en todos los frentes, con una participación nunca vista y con la victoria asegurada incluso antes de que los recintos electorales cerraron en la costa oeste y el medio oeste del país.
Obama se hizo de estados tradicionalmente republicanos, como Virginia y Ohio, el estado que le dio la victoria a George W. Bush en 2004.
El país asistió a escenas pocas veces vistas: votantes que hacían fila en algunos estados hasta 10 horas para emitir su voto y soportando en ciertos casos lluvia, frío, cansancio y hambre.
Obama asumiría la presidencia también con una sólida mayoría en el Congreso, en donde el Partido Demócrata arrebató al Republicano por lo menos seis escaños en el Senado y 24 en la
Casa de Representantes.
Desde Chicago, Obama dijo que su triunfo era un ejemplo de que “todo es posible” ante una multitud calculada en 100,000 personas, la mayor concentración para celebrar una elección
“Se hizo esperar durante mucho tiempo, pero esta noche gracias a lo que hemos hecho (...) el cambio ha llegado a Estados Unidos”, afirmó ante una multitud que no se cansó de ovacionarlo. “Nunca fui el candidato más probable para este cargo”, dijo.
La votación “es la respuesta de jóvenes y viejos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, asiáticos, nativos estadounidenses, gays, discapacitados y no discapacitados”, expresó Obama, quien destacó que su campaña que obtuvo una recaudación récord en la que los ciudadanos comunes donaron sus ahorros a la causa.
“Esta victoria se edificó con gente normal y corriente que dio lo que pudo. Esta es vuestra victoria”, manifestó Obama.
Acepta derrota
Por su parte, el republicano John McCain salió pasadas las 10 de la noche (hora salvadoreña) y dijo que había felicitado a Obama por haber sido electo. “Siempre he creído que este país ofrece oportunidades para todos, el senador Obama también lo cree así, pero hemos llegado al final de la lucha que iniciamos hace dos años por la presidencia”, expresó el veterano senador desde Arizona, estado al que representa.
A pesar de las diferencias que se acentuaron en la campaña, McCain pidió a sus seguidores que apoyen al nuevo presidente.
“No sé qué no hicimos en esta campaña para no ganar la elección, le dejo esa tarea a otros, pero ha sido el gran honor de mi vida participar en esta contienda”, aseguró McCain.
La participación de los votantes latinos tuvo un rol fundamental en la victoria de Obama en estados como California, Colorado, Nevada e incluso Florida, el otrora feudo republicano que esta vez le dio el apoyo al demócrata.
Según los primeros recuentos, los votantes latinos apoyaron a Obama con el 68% de sus votos, el mayor nunca otorgado por ese colectivo a un presidente de Estados Unidos.
Los retos
La economía fue el tema más relevante en la mente de los votantes. El principal reto del nuevo mandatario será promover medidas que ayuden a sacar a la nación norteamericana de la peor crisis económica que ha experimentado desde la Gran Depresión en 1929. Por si fuera poco, Estados Unidos tiene además un déficit federal récord.
Según los expertos, McCain perdió la Presidencia de Estados Unidos por la crisis financiera y el descontento mayoritario con George W. Bush.
Además, Obama asumirá el poder en un momento en el que EUA se encuentra involucrado en dos guerras que consumen cuantiosos recursos: en Iraq y Afganistán. También enfrentará el reto
“El camino por delante será largo. Nuestro ascenso será empinado. Puede que no lleguemos ahí en un año o quizás en un mandato, pero Estados Unidos nunca ha tenido tanta esperanza como en esta noche de que llegaremos ahí”, dijo Obama, quien hizo además un llamado a la unidad más allá de los partidos: “Les pediré que se unan al trabajo que necesitamos para seguir reconstruyendo esta nación”.
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